BALADA PARA ANA TAMARA
Ana Tamara Sagasta, la afamada azafata catalana, baja a rajatabla cada mañana a la playa para nadar a largas brazadas hasta acabar cansada. Ama la lasaña, las gambas a la plancha, las patatas bravas, las castañas asadas, la fabada, la pasta a la albahaca, la carnaza a la brasa, la caballa a la sal…
Canta baladas, cabalga la jaca al alba, danza bachata hasta las tantas, arma trampas para atrapar a las ratas, amansa a las vacas, cava zanjas para plantar alfalfa, lava las sábanas…
¡Vaya a dama más salada la tal Ana Tamara!
Hala, hasta mañana, camaradas.
EL CÉLEBRE CLEMENTE
Déjenme que les enseñe brevemente…
Este es Clemente. El célebre Clemente Pérez Menéndez, de Tembleque. El del Mercedes Benz celeste. Ése, ése.
En el presente vende detergente, pretende ser gerente. El jefe le debe tres meses, ¿qué se cree ese pelele? ¡Qué mequetrefe, merece que le breen! Ese cheque le pertenece.
En vez de ver tele, Clemente lee best-sellers de Pérez Reverte en el retrete; le estremecen, le enternecen. Es vehemente, rebelde. Levemente creyente (depende del mes).
Bebe té verde, preferentemente. Le repele envejecer.
Es gente decente este Clemente, deben creerme. Es excelente.
Hele, dejen de leer memeces, jejejeje…
PRÓLOGO
Por lo pronto, no conozco otro golfo como Rodolfo Montoro, lo corroboro. Gordo como ocho osos. Tocó los bongos con los Doors. Sopló trombón con Los Lobos. Dos sonoros logros, ¡cómo no!
Probó los porros por gozo. No controló. No contó con los costosos costos. Voló como los locos. Tocó fondo como pocos. Como colofón, robó, sobornó, montó pollos horrorosos. ¡Bochornoso! ¡Lo jorobó todo, coño!
Cortó con nosotros. Nos provocó no pocos sofocos dolorosos. Yo lloro por todos; con los ojos rojos, con hondos sollozos. No lo soporto.
Coño, todo con O… ¡no conozco otro modo, troncos!
https://www.safecreative.org/work/2007264861901-lipogramas
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El Capitán Carallo 
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