“San Agustín y el diablo” (Michael Pacher, 1471-1475)

—Eminencia, ¿se va a quedar a comer en el pueblo?

—¡Por Dios bendito! ¿Eres en verdad el demonio o es que se me ha ido la mano con el vino de misa?

—Es un disfraz, señor. Soy el relaciones públicas del restaurante “El Diablo”. Mire qué menú tan bueno tenemos hoy…

—¡Vade retro, Satanás!

—Tenemos cinco primeros y cinco segundos a elegir, con bebida, café y postre.

—¡Que la luz del Señor me ilumine! ¡Atrás, maldito Lucifer, atrás!

—Le digo que es un disfraz, señor. Mire, por tres euros más le puedo cambiar el entrecot por un solomillo a la pimienta…

—¡No me tientes con oscuras artimañas, bestia de los infiernos!

—¡Y jode! ¡Que no soy el demonio, coño! Que soy del restaurante “El Diab…

—¡Atrás, criatura inmunda, atrás! ¡En el nombre del Padre, el Hijo y el Espírit…

—Ande a tomar por culo…

FiN

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