
Matilde Gómez-Busto fundó una vanguardista escuela en la que enseñaba a sus alumnas a desarrollar el poder de la mente. Uno de sus ejercicios favoritos consistía en obligarlas a concentrarse intensamente para inflar sus propios pechos y elevarlos en contra de la gravedad.
No servía para nada, pero pasaban unas tardes estupendas.
FiN.
*Lee todas las CRÓNICAS PASMOSAS aquí: https://elcapitancarallo.com/category/cronicas-pasmosas/