
El humorista Gregorio Chufla se cansó de hacer reír al público y decidió hacerlos llorar. Para ello, reunió unos cuantos ahorros y se compró la cebolla más grande del mercado.
También compró un calabacín de gran tamaño, pero ese lo utilizó para otra cosa…
FiN.
*Lee todas las CRÓNICAS PASMOSAS aquí: https://elcapitancarallo.com/category/cronicas-pasmosas/