
Los habitantes de Villanueva del Gazapo tenían tanta afición a la caza de conejos, que, cuando escaseaban las presas, disfrazaban a los niños con unas orejas muy largas y los echaban al monte para coserlos a perdigonazos.
Algunos padres ponían objeciones a esto, pero otros decían que las tradiciones había que mantenerlas.
FiN.
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