Desde que abandonó la selva para trabajar en el circo, el elefante “Sibarito” había adquirido numerosas costumbres de los seres humanos, entre ellas la de aparearse con las hembras de su especie en el asiento trasero de un coche. 

A veces intentaba fumarse un cigarrito después, pero no atinaba con el mechero.

FiN.

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