Los controles de alcoholemia que realizaba la Policía Local de Orujo del Campo tenían fama de ser los más exigentes de toda Castilla-La Mancha. Lo mismo te hacían sujetarlos en equilibrio subidos en un barril, que te preguntaban la raíz cuadrada de setenta y dos.

En honor a la verdad, hay que reconocer que luego las multas no eran para tanto.

FiN.

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