Arturito García-Cresta era conocido en su pueblo como “el Niño Pollo”. Todas las tardes se ponía un disfraz de ave y correteaba por las calles haciendo “¡kikirikí, kikirikí!”, hasta que su padre le calzaba una hostia al grito de “¡testés quieto, coño!”.
Y entonces se ponía a jugar a las canicas como los demás.

FiN.

*Lee todas las CRÓNICAS PASMOSAS aquí: https://elcapitancarallo.com/category/cronicas-pasmosas/